
Hazme esas cosquillitas
que sentía cuando desconfiábamos,
desconfiábamos porque no te conocía.
Ahora no siento las cosquillas,
ahora que nos conocemos
¿Qué es lo que desconocía?
Vuelve a hacerme cosquillitas.
Quiero volver a conocerte
para hacerme sentirlas
y en el fin poder acompañarte,
no para acabar conociéndote,
sino para ir conociéndote
entre cosquillas, cosquillitas.
Me será grato serte fiel
por la senda de la mano,
y de la mano por tu piel.
Haciendo del camino algo sano
evitando la meta insensible
con caricias tan solo rozando
y prolongándolo todo con miel,
la palabra que lo deja rimando.
Desconfiemos el uno del otro.
¿O acaso uno se cosquillea?
Desconfía de mí y de mi beso.
¿Por qué el primero hormiguea?
Desconfiemos el uno del otro.
Sabes que uno no se cosquillea
sólo cuando bajo mi hombro
no sé y me intriga lo que planeas.
Desconfía de mí y de mi beso
Recuerda, mi cielo, el primero hormiguea
Por fin, aguardaremos para ir con la marea,
haciendo del segundo… algo igual de teso.
¡Ahora o nunca, olvídame! ...
¡Uy! que bien, cosquillas, cosquillitas.
Jooooder!
ResponderEliminarTremendo desembarco en el mar de las rimas!! Por fin lo hiciste. Qué bien!!
Me encanta cuando eres no solo deliberadamente enrevesado, sino que cuentas algo que de verdad sientes.
Gracias por tú comentario Antonio, te lo volveré a agradecer en persona.
ResponderEliminarMe pregunto si la formas de leerlo se intuyen o en algún momento se debe hacer mención. Lo digo porque aquí mi intención es de un susurro que nunca se acelera, aunque de pie a ello creo, pero como no tengo ni idea de ello, no me corto en dejar la evidencia.
yo no entiendo cómo esto lo puede publicar alguien que pregunta si gran canaria se escribe junto o si la celadora es la señora que cela la madera.
ResponderEliminarMi no comprender.
Help
me siento orgulloso de mi compañero de cama
ResponderEliminar