21 diciembre 2010

Doncaster




03:53 AM

Dos cucharadas por favor, me gusta el té dulce.

Pondré la calefacción que hace bastante frio.

Recuérdame poner el despertador para mañana a las 9

El bus sale a las 10 y dudo que paren a esperarnos

Toma tu taza, cuidado que está bastante caliente.

Se te empañan las lentillas… (Carcajadas).

¿Así que a ti también te gusta ver nevar por la ventana?

La verdad que sí. Por la mañana podremos disfrutarla

Mmm… lo necesitaba. Estaba muy rico, gracias.

Déjalo ahí junto al mío. Ven, siéntate a mi lado.

No te preocupes por la luz del baño.

...

Apriétame.

¿Qué ocurre?...

…lo entiendo.

zzzzzZZZZZZZ.


08:24 AM

Buenos días para ti también.

¿Qué has desayunado?

Creo que yo optaré por la macedonia sin más.

¿Qué te parece? Al final he cogido también unos Actimel.


¡Waauu! Qué bonito eso que pintas. Tienes un parecido.

Sí, es algo que no suelo ver todos los días y me gusta.

Vaya, me he equivocado. Iré a ver qué más se nos ofrece.


Pues no sé si habrá llegado, pero supongo que nos avisarán.

Sube mientras acabo y prepara las maletas. Te veo en el bus.


Je je je, nos estaban esperando. Casi nos dejan botados.

Ahí está bien, mientras pueda tumbar el asiento.

Bien, nos vamos.

RRRRRUUUUUMMMMMMMMRRRRRRRRRRRRRRRRR!!!!!!


10:15 PM

No pienso en nada.

Oye ¿En cuanto a lo de….?

Vale, lo olvidaré.

No veo porqué no se pueda, pero está bien.

(Guío su mirada con el roce de mis dedos por su mentón).

Ojalá pudieras ver lo que pienso y verte reflejada.

(Miradas cruzadas y unidas por dos sonrisas que florecen).

B-m-E-u-S-a-O-k-S-s

MMmm… Me ha gustado lo que haces.

No te voy a decir qué exactamente.

“Si te digo qué me gusta, dejarías de hacerlo sin querer”.

B-m-E-u-S-a-O-k-S-s

¿De verdad crees eso?

(En bajito y tras un suspiro).

Ya somos dos.

02 diciembre 2010

Carta para Adrián


Hay algo que no funciona bien, alguna pieza debe estar suelta, floja o falta. Como puede ser que, para que yo me sienta en la necesidad de recordarme cada día que debo procurar estar bien, que mi objetivo a diario sea recordarme que quiero ser feliz, que es por lo que debo luchar. Es la razón por la que trabajamos realmente todos para cada uno de nosotros.


Te escribo desde el aula de clase política mientras damos el totalitarismo, centrándonos especialmente en la degradación de las sociedades debido a la desconfianza entre las personas a las que somete el modelo de régimen pre-estatal.


Creo que estamos los dos echándonos de menos. Pero los dos sabemos que tenemos unas metas académicas y personales por las que continuamente nos reconocemos y que con ello justificamos todo lo demás que podamos estar viviendo, disfrutando o sufriendo.


Probamos contar a todo quien se cuza ante nosotros nuestras ilusiones, nuestros planes, nuestro destino. Nos esforzamos en convencerlos de qué no haremos nunca, de a donde no vamos, de lo que queremos ser; y de paso nos convencemos a nosotros mismos.


En ocasiones pruebo anotar, escribir, señalar, enmarcar frases que identifiquen aquello que me hace ser quien quiero ser, no sé si a ti también te pasa. Frases como “Never give up on things that make you smile”. Pero que sinceramente entiendo que acabemos frente a la frase leyendo lo que pone y llevándonos a tener un escalofrío por la insensible reacción ante ella.


Lo sé, sé que tú también estarás preguntándote para qué luchamos tanto y nos recordamos esforzarnos para estar bien, cuando carece de sentido, que todo lo contrario, el sentirnos mal, se nos ofrece de forma sencilla y no requiere de esfuerzo. Fíjate que nadie escribe frases como “depresión da toda solución”.


Cuenta a mí favor que es quien percibe su estado de ánimo el que no diferencia en qué lado de la balsa está, porque no se da cuenta de que donde se encuentra el único lugar donde alcanza el mástil para no caer en la tormenta del viaje es donde ya está. Aunque toda tripulación insiste en llegar a un extremo de la superficie flotante no sabiendo que se desestabilizará la balsa llevando a todos al hundimiento y no antes a tierra.


También sé que sería estúpido que te mandara esta carta y ni siquiera te diga lo que de verdad nos importa, el cómo estamos. Ya me dirás tú cómo estás. Yo no te diré de antemano nada, te digo que estoy aprendiendo a como no estar mal y desaprendiendo como estar bien. Vivo el presente y soy feliz.


PD: Mándame la carta de respuesta a clase de Formación de la Teoría Política que lo más seguro es que estemos, cuando llegue la carta, dando a Maquiavelo y sus consejos a los gobernantes. Y qué mejor contrastar tu respuesta con los consejos de él para aplicármelo como gobernante de mi mismo que soy. Un abrazo enorme, cuidate.