20 enero 2012

Yo duermo solo



Ojalá no me dieras esos sustos y aprovecharas esas ocasiones que tienes de sorprenderme o impresionarme, para pensar un poco más y no colaborar en destrozarme el día.


Sabes que lo hubiera hecho, si no te hubieras metido en medio. Estaba a punto de hacerlo, alguna vez te lo he demostrado, pero has tenido que cortar la toma. Ni que fueras tú el director.


En realidad, lo que considero de capital importancia en tu discordia, es que te hagas pasar por mí, y luego sea yo quien tenga que tomarse las consecuencias de un trago. ¿Pero quién te crees que eres?


Yo te diré quién eres. Eres el miedo que me acompaña en el día a día, la incordiánte voz interna que no cesa. Te crees mi pepito grillo del cuento, pretendes ser mayoritariamente la prudente conciencia que me salvará. No te equivoques desdicho.


Hasta ahora lo único que has logrado en mí es un profundo arrepentimiento por no actuar. Me gustaría que tuvieras una cosa clara: al cerrar los ojos, dejas de estar presente, se constituye un sueño ultraísta, pierdo el miedo y echo el vuelo a protagonizar.


11 enero 2012

MIRA AL CIELO...


...SI CREES ESTAR PERDIDO. ALLÍ ARRIBA ENCONTRARÁS A TUS AMIGOS, LAS ESTRELLAS. ELLAS TE ORIENTARÁN. HAYA NUBES, TORMENTAS, DEMASIADA LUZ O TEMPESTAD... TÚ MIRA, PORQUE ALGUNOS POCOS BRILLAN DE VERDAD.


Quiero vivir en sinceridad, quiero vivir siendo Leandro, quiero vivir Yo.


Hoy he tomado la decisión.


A lo largo de la vida de este blog he escrito cosas que he pensado en algún momento espontáneo de mi trayectoria en vida, pero casi ninguna de ellas tiene la importancia que le doy yo a esta. Por cómo lo estoy dejando caer, quiero que lo recojáis de la misma manera, es decir, de ninguna. No pretendo en ningún momento que os guste esto. No está destinado a vosotros, sólo a mí. Necesito ser yo y nada más que yo. Siento la redundancia de mi ansioso egocentrismo, pero debe ser así.


Esto es lo que pienso: Soy amor.


Soy todos vosotros, soy todo el conjunto de arcilla que las personas importantes en mi vida han pegado en mí. Yo sólo soy la figura que vosotros habéis compuesto y es gracias a vosotros que estoy aquí con esta silueta.


ATM me dijo una vez “Escribe todo lo que sientes, escribe lo que piensas, escribe, escribe, escribe,…” Seguidamente recibí un gran gajo de mandarina. Hoy lo muerdo y sé a qué sabe. Sabe a “sé tú mismo y no olvides a quienes te quieren”. Pero lo quise saborear más y descubrí un saborcillo al final, como de “Que le den al resto del mundo, Leo”.


Escribo con siglas el nombre de esta persona, porque no dedico esta entrada más que para mí, o sea, para mis amigos.


Tengo un problema enorme. Soy una persona que se acaba de encontrar consigo misma. ¿Leandro? Sí, la persona conocida por cientos de otras personas como aquel que no fuma y no bebe. Lo sé - ¡No fumo. Me cago en la puta…! (Parece que se me ha ido la pinza)¿Alguien se ha dignado de preguntarme alguna vez por el porqué? Sí, los que me quieren, ¿y los que no? también, pero tan sólo se han quedado con la idea superficial combinada con mis múltiples y estúpidas respuestas argumentadas por desorbitadas mentiras que les he contado.


No fumo, porque quise desde pequeño demostrarle a toda persona que me rodeaba en Guaza que se podía hacer cualquier cosa que se dijera. Lo estoy demostrando… No bebo, porque el reto me pareció demasiado fácil y la innumerable lista de inconvenientes que produce el alcohol me pareció la escusa perfecta para seguir demostrándolo (a mayor escala de Guaza). No es un show para el resto de la gente, es la demostración que le dedico a mis seres queridos. A partir de hoy sólo me comunicaré con la gente que me importa. Con aquellos que quieran atender las palabras escritas en este blog no ignoraré y les agradeceré su apoyo. ( Tommy en este blog es VIP).


Hoy quiero aumentar ese reto. Hoy dejo de ser una cuenta de Facebook y de Tuenti. Hoy dejo de ser una persona que se engaña dejándose consumir por el nuevo vicio. Dejaré de compararme con el mundo y competir de esta manera. Ya no necesito esperar a que uno de mis “milamigos” me comente lo bien que vivo basándose en fotos que me han arrebatan tiempo al colgarlas. Ese tiempo ya no es vuestro, “milamigo”. Sobre todo, porque me he dado cuenta de que necesito la opinión de gente con dos dedos de frente. Y para ello tengo a mis amigos, entre ellos mis mejores amigos,a Gabri, Sergio y Adri (orden alfabético xD), que me hacen tener la suerte de poder ser de las pocas personas que pueden consultar a más de una persona con dos dedos de frente (Gabri tiene casi 6 dedos de frente jaja).


-¿Sabes qué, papá? Me van súper mal las clases, las cosas se ponen cada vez más difíciles y creo que estoy a punto de fastidiar varias asignaturas. Estoy estudiando… (Mentira).


Mi padre me dijo hoy “Leito, eres lo que piensas”. Mi padre me dijo después de ello “ Te he llamado, porque necesito decirte algo más”. Grandiosa sea la casualidad, pues atendí y me regaló otro gajo de mí. Me dio la respuesta.


Papi- …. Quiero que dejes de ser árbitro, entrenador, jugador, cocinero, conductor, … Quiero que sigas siendo un niño mientras nos lo podamos permitir, y a día de hoy podemos permitírnoslo. Sigue demostrando que te quieres, aprovecha la oportunidad. Son 2 años y medio más. Después de eso, tienes más tiempo para todo lo que en un momento futuro podrás hacer. El fracaso al que temes no significa más que estar donde tú no quieres, pero sí haces lo que quieres es imposible el fracaso. No quiero que seas tú el culpable de tu ahorcamiento, quítate la soga del cuello y no nos digas que no es así, ni a mí, ni a ti mismo. Te quiero.


Ya no pienso engañarme. Estoy aquí para terminar Ciencias Políticas o alguna carrera en la Universidad Complutense. Es lo que quiero y es lo que *sinceramente intentaré* a toda costa. Confío en mí y sé que tengo capacidad para atravesar este bache que viene y que me he puesto, y continuar siendo el estudiante que quiero ser. “Vive como si fueras a morir mañana y estudia como si fueras a vivir para siempre”. Esto último me lo ha dicho ATM.


Ya no soy árbitro de Madrid hasta el día que me vea sin dinero, sólo seré árbitro cuando JK quiera que sea ARG o ATM; ya no seré entrenador hasta que un nuevo campus o engaño internacional surja; ya no seré jugador, hasta que vuelva a ser el estudiante que quiero ser y las notas me lo aseguren; ya no seré conductor, porque no tengo partidos a los que ir a pitar, entrenar, jugar,…; ya no seré un milamigo más porque ya no tengo Facebook ni Tuenti, tan sólo un correo y un número de celular con el que seguir en contacto con mis compañeros de clase and friends; ya no viviré la vida que le sorprende a las gente, viviré la mía, la que el conjunto de los que me quieren aceptan y forman sin decidir sobre ella.


Os quiero, me quiero.


“quién de verdad quiera verme, sabe donde vivo y lo que estaré haciendo: esperándole” L.R.B.

07 enero 2012

Por fin, Madrid




Estoy sentado en la mesa número seis de una de las cafeterías del aeropuerto de John Lenon. Aunque no me lo crea mucho, he decidido volver a escribir mi trayecto de vuelta a casa en avión, como una vez hice, hace ya bastante tiempo.


La compañía que he escogido esta vez es Easyjet, porque es igual de barata q la famosa bazofia de Ryanair, pero esta, al menos, me da garantías y algún que otro regalo.


Paro de teclear para ojear la hora y veo que es hora de dejar las vistas a la pista de despegue e irme en busca de la puerta de embarque sobreviviendo a la multitud de tiendas que se despliegan a lo largo de lo que hay entre la entrada y subirse al avión. Con sus nuevos y sorprendentes trucos de marketing. Hoy no dejaré que me engañen.


No hay nada en la pantalla de avisos y tendré que sentarme ahí, junto a esa señora que me está mirando con una cara que no consigo descodificar. No sé si está encantada con la cirugía plástica que le han hecho, o por el contrario intenta convencerme de unirme al guetto. Siempre suele doler entrar en una secta, y esta no se queda atrás. En cualquier caso, me sentaré como un cieguito y hare caso omiso a la invitación.


Suspiro y el número de la puerta sigue sin aparecer, a duras penas me persuade con un mensaje subliminal: Eat, drink, shop & Relax.



Justo lo que iba a hacer.


La puerta 10 es la que me ha tocado. Apunto estoy de entrar. Ya está todo el mundo en cola. Están en espera desgastando su paciencia por entrar. A todo esto, veo que está todo el mundo de la cola, mirándose los unos a los otros de reojo, y como dejando claro ante los demás su procedencia, haciendo uso ferviente de su lengua; como dando a entender que regresan a casa – ¡A partir de ahora somos nosotros los que os joderemos!-. Es un fenómeno que se da también al parar el avión, a la hora de recoger el equipaje de mano. El placer de llamar la atención justificadamente. Escribiré una tesis de ello después de mirar fijamente a un subnormal que me mira con la intención de confirmar mi habla española. Voy a dejar de escribir, que tengo que vacilar con la presencia del peso de mi equipaje de mano. Nos vemos en el avión. Hasta ahora…


Tenía que haber luchado por entrar el primero o pagado (Speedyboarding), porque me ha tocado, siendo el último, un asiento en la salida de emergencia. "Los últimos serán los primeros"-espero que no tenga que emplear la frase mientras abro la ventanilla y salte del ala encendida por una aurora de fuego-. Un asiento que me permite sentarme como una persona de 1,50 cm de altura cuando viaja en cualquiera de los demás asientos, sin retorcerme para proteger las rodillas de unas varillas que tienen los asientos delanteros.


Iba a decir algo, pero mi entrañable acompañante, que no me deja mirar por la ventanilla para ver, me ha preguntado la hora "en español". Este inglés ha hecho sus deberes y confirma mi teoría de que en los viajes es importante reconocer quien va y quien vuelve.


Le he mostrado la pantalla del móvil con el que narré mi primer viaje y se me ha olvidado lo que iba a decir.


Acabo de descubrir una cosa: las ventanas de las salidas de emergencia cierran la entrada de luz hacia arriba, al contrario que las demás, que la persiana baja. Interesante jajaja. Ya vamos a volar, hasta el próximo capítulo, que será a mucha altura y distancia de ahora; además, tengo que hacer mi ritual antes de despegar (leer primer vuelo).


Estoy en las nubes y aprovechando que mi compañero ha ido al baño, le sacaré una foto a la ventana. Que le chinchen (jodan). Y debo reconocer que hacen un gran trabajo humano las compañías de vuelo obligando a alguna que otra desgraciada a sonreír durante 2 horas y media que dura el vuelo. Lo digo porque sino ¿Cuándo una de estas personas sonreiría sino fuera por el trabajo? No respondáis. Bueno, creo que me pondré a comer un sándwich de jamón serrano liverpuliano (sabe al quinto cocido que haces con el mismo hueso de jamón) y me entretendré pensando en mis amigos, la cantidad de cosas que les pude haber comprado y lo felices que serían de haber recibido los regalos. Cuando alguno de ellos lea esto…jajaja. Me da la risa de pensarlo. A por el bocado…


Han pasado ya más de una hora desde que comí el sándwich. Estaba haciendo tiempo yendo al baño e investigando mi sentido del equilibrio, tanto orinando, como cuando paseaba por el avión para ello; estuve ojeando una revista de viaje y ya por fin sentí que la fase de aproximación comenzó. -Que ganas tengo de llegar a mi casa-.


Esta vez he de admitir que me encuentro extremadamente cansado. Nunca debí subirme en este avión. Os explico, este vuelo le compré ayer, es decir, perdí el mío hace dos días por pensar que viajaba ayer cuando estaba a punto de viajar en mi vuelo imaginario, por lo que he tenido que volar hoy y no ayer como imaginé o anteayer como debí. Lo sé, soy gilipollas, pero no tanto como el que está a mi lado, porque él además lo parece y supongo que no os habéis enterado de cuando viajaba tras leer este párrafo, pero la clave es volver a leerlo. Jeje.


Se ladea el avión muy poco y apenas siento que bajamos, la señal luminosa de los cinturones no se ha encendido. Aun así mis oídos perciben un cambio en el sonido que produce el avión, aparte se me han taponado. Suena como si hubiera fuera de la cabina de pasajeros una gran copa de cristal y un gordo inglés de culo liso y blanco pecoso, se deslizase por el borde circular de la copa y cada vez fuera más deprisa. Una niña intenta cantar un villancico, pero no reconozco cuál... Creo que está llorando.


El capitán nos indica que pronto aterrizaremos. Por última vez en el vuelo los baños cambiarán su lucecita a verde. ¡Ding! Cinturones. Los asientos ya no se pueden echar para adelante, porque las clases turista ya no tienen la opción de echarse hacia detrás. Sobras de Sándwich al bolsillo del asiento y plegar la bandeja…Tengo que dejaros, la azafata no entiende que tengo el teléfono en modo vuelo. La pobre confunde mi actividad de escribir con el fenómeno Wassap, algo que la primera vez que escribí en un avión no existía. Nos vemos abajo.



Más abajo, más abajo, más...



(Esta imagen no es mía, por si alguno...)


Al aterrizar en una ciudad más de una vez y mirar el aeropuerto, regala a tus ojos una combinación de la imagen de la primera vez que llegaste y de las misma vista que ves en el momento.


Por fin, Madrid.