02 enero 2011

Feliz vicio de nuevo 2011


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¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!


¡Sí! Por fin puedo volver a escuchar el clic metálico de abrir una lata de Cocacola con mis manos después de un año largo y lleno de refrescantes anécdotas que me llevaron a tentar mi palabra, voluntad. Pero al final pude mostrarme y mostraré a toda aquella persona que le cuente mi experiencia que se puede vencer el mono de un vicio.


Me propuse, para quién no lo sepa, no tomar refrescos durante un año porque justamente los meses anteriores al fin de año del 2009 me llegué a ver como una persona que tomaba de media unas tres latas de Cocacola al día. Un día sin un refresco me parecía como un día sin tabaco para un fumador. Llegaba la hora de regresar a casa y automáticamente antes de ir a abrir mi puerta me paseaba entre las neveras del supermercado desempañando los cristales de las neveras hasta llegar a decidirme cual refresco cogería o cual era el que me podía comprar. Era como el peinarse de cada día. Al final me percaté y considerándolo como un problema comencé el año con mi reto.


Admito que estuve en varias ocasiones a punto de romper el pacto. Recuerdo algunas veces que salí con mis amigos y ellos me creaban el compromiso de beber al menos un refresco como mínimo, algunos me lo decía con caras, otros con miradas y ya unos cuantos directamente diciéndomelo con palabras; recuerdo veces que salí a lugares en los que pedir algo que no tuviera alcohol o burbujas producía un esfuerzo extra en los camareros, por lo que me hacían sentirme el cliente molesto que entra a la hora de cerrar. Otras veces simplemente era una putada no tomarse una lata de refresco: a veces sobraba, se iba a tirar o estaba fría de cojones junto a un vaso de cristal con un limón dentro y un asiento para tirarse en el que ver qué forma coges para ver la televisión, y eso de no tomárselo, personalmente, lo considero una putada.


Y todo esto hasta ahora no es importante, no es más que la narración de una persona próxima al lector o no, que cuenta su experiencia como refrescólico anónimo en menos de medio metro de una pantalla luminosa. Porque lo realmente importante es a lo que me ha llevado a reflexionar. Ha pasado un año para que pudiera llegarme una hipótesis que encaja bien en por qué les cuesta tanto a las personas dejar sus vicios de lado. Y es que me di cuenta de que yo pude por una razón, yo sobreviví gracias a que en todo momento supe que volvería a retomarlo, siempre me dije a mi mismo que en el fondo volvería a recoger un helado vaso de refresco, siempre tenía en mente que volvería. Y eso amigos míos, es lo que me llevó a sobrevivir cada día. El principal problema que tiene una persona al intentar dejar un vicio, sea de gran voluntad o no, es vencer a la idea de fin. Ya sabe, quien me conoce, que pienso que toda idea de fin aterra a una persona. Por lo que dudo que alguien normal pueda dejar algún vicio si tiene en mente dejarlo para siempre. En el momento que se vuelve para siempre se convierte en un peso enormemente mayor, por el contrario si se tuviera la idea de volver a conseguirlo la persona lucharía sólo contra las tentaciones y la inercia al que acostumbra químicamente un organismo; y no tanto contra el mono que se produce por echar de menos a algo por haberlo perdido definitivamente.


Aun así, eso no es tan importante como lo realmente trascendental de toda la historia esta. Se suponía que todo este año debía ser lo bastante largo como para llevarme a soñar con el día en el que volvería a tomar ese gran trago de los cojones y al tomarlo fuera como cuando uno lleva días sin comer y te echan un solomillo bien jugoso y rojo por dentro. Un puto año esperándolo, un puto año ansiando volver a sentir una sensación románticamente descriptible. Y cuando me la tomé, una Cocacola en casa de mi tia el 1 de Enero del 2011, ¿sabéis qué? Fue una puta mierda.

2 comentarios:

  1. me encanta le mensaje de advertencia, XD

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  2. FARSANTEEEE!!!! Todo esto es mentira!! yo te vi beber coca-cola, fue un poco antes de verano en Tenerife, en el mcDonald's de Las Chafiras!! Pediste agua pero bebiste un poco de la coca-cola de Adrián cuando nadie miraba pero yo te vi cuando volvía del baño... además no te intentes comparar con nadie porque lo has dejado durante sólo un año... de 19 que tienes y todos los que te quedan solo uno "sin beber refresco"

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