05 marzo 2012

El trailer es público, la peli es tuya.


Hay dos clases de personas en esta vida, los que sienten y los que hacen sentir.


Esta medianoche de Septiembre he bajado corriendo al sótano, o como lo llama mi hermano Harry, el trastero. Como decía, bajé a toda prisa causándome rozaduras en las manos con la barandilla de escasa laca y al llegar al último escalón di un pequeño saltó de triunfo y tiré del cordón para encender la bombilla. Lo normal en historias perfectas es que hubiera seguido saliéndome todo perfecto, tirarme en el sofá, que está al lado de la biblioteca del difunto abuelo y lanzar mi gorra al colgador que se engancharía perfectamente tras un giro de acomodación y de emoción; pero no fue así. Al tirar del cordón olvidé la poca distancia que debía de tirar y digamos que terminé con una escoba en la mano barriendo el vidrio de la bombilla.


Mi propósito fue buscar un libro de poesía. Yo siempre he pensado que a mi abuelo le pegaría mucho ese tipo lectura, por lo que encendí una vela, luego otra, otra... y me senté con las piernas cruzadas en el sofá individual, pero con polvo para un colectivo ¡Jachís! Estaba al alcance de todos los libros sin tener que levantarme. Y fui con el primero…


El primer libro tenía un título un tanto extraño: “Cógeme y no te resistas en apretujar las tapas esperando que se refuercen las letras y poder oler los significados en los bordes”. Pero no era lo que buscaba. Era una novela de amor y yo estoy en busca de versos breves e intensos para poder… El segundo ponía: “Róbame, soy tu tesoro”; el tercero….


Ya he mirado en los dos primeros estantes de la parte inferior y me queda por mirar el último de arriba, creo que voy a elegir el siguiente al azar, mejor dicho, el que más le llame la atención a mi subconsciente. – Me temo que serás tú, que estás mal colocado. -¿Una obra poética? Sí, es lo que buscaba.


Estoy cansado de leer, cansado de esperar a que me surjan las palabras, cansado de no encontrar una melodía para las letras, cansado tratando de conseguir hacer una canción que me haga recordarte.


En ocasiones escribo cosas bonitas y en ocasiones te recuerdo y siento cosas aún más increíbles. Lo aserto con la boca abierta y los ojos perdidos respirando lo mínimo para no molestar el placer que está trabajando, ni el silencio que retengo con la ventanilla del sótano cerrada. Pero lo que pasa es que no puedo conseguir escribirte una canción en la que pueda pensar en ti al cantarla.


Sin embargo sujetaré, tu mirada con el piano.

Tocaré con mis dedos, ¿notas? ¡Aaachííísss!

Deja que el sonido hable, deja que el amor sea pegante.

Yo tan sólo quiero un poema sano,

Que se una a ti,

Que nunca acabe,

Que logre recordarte.



1 comentario:

  1. Que bien...
    Te deja relajado, intrigado.
    Muy bien las metáforas concatenadas y la ironía sutil, nada agresiva. El hipérbaton q tanto te gusta lo manejas mucho mejor y sin complicar la comprensión.
    La elípsis, cinematográfica más que literaria, me encanta.
    ...
    En resumen, q mola!
    Nunca dejes de escribir lo q te surja.

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